
Fue en un verano de hace años en los que la televisión mexicana se llenaba de expertos de fútbol bajo el contexto mundialista. Jugadores y Directores Técnicos activos o no, acompañaban las mesas de debate de los programas deportivos después de cada juego. Esos programas deportivos donde todos querían imponer su punto de vista arrebatando la palabra, pero cuando Menotti hablaba, todos guardaban silencio.
En un programa de esos, con pocas palabras, el argentino explicó todo: “el fútbol es sencillo, nosotros lo complicamos”. Se refería a los pequeños errores que cometemos en el juego que son fáciles de evitar pero que no lo hacemos.
El delantero sabe que es más fácil dar un pase a la banda que driblar dos contrarios por el centro, sin embargo, se llena de valor, lo intenta y se viene la contra. La jugada continúa y el adversario llega hasta línea final de espalda a todos, el lateral sabe que la jugada no tiene mayor peligro, pero decide arriesgarse para ganar el balón y se barre por detrás, comete la falta con la que se gana la segunda amarilla y se va expulsado. Viene el cobro, el defensa sabe que debe seguir su marca para defender la portería, pero lo deja pasar con la vaga idea de que el centro irá a otra parte y el delantero rival termina haciendo la anotación.
Vamos sumando pequeños errores y a veces va tan pesado el carro de las equivocaciones que es imposible superar la pendiente que se torna imposible llegar a nuestro objetivo. Menotti habló de fútbol pero dio
Sabes que tienes dos semanas para hacer un trabajo y lo dejas todo para la última noche. Sabes que no es un buen momento económico pero de igual manera haces la compra innecesaria del mes. Sabes que la relación hace tiempo no da para más pero te aferras a seguir esperando que un día cambien las cosas. Podemos evitarnos malos momentos, angustias, estrés, decepciones, pero por alguna razón no lo hacemos.